El cigarro Eléctrico

El cigarrillo electrónico fue inventado en su actual versión por el farmacéutico chino Hon Lik, que comenzó a comercializar su cigarrillo electrónico Ruyan en mayo de 2004. Su popularidad fue creciendo y extendiéndose internacionalmente, y la patente acabó siendo adquirida en 2013 por la tabaquera Imperial Tobacco, que la compró por 75 millones de dólares.
El objetivo del estudio de la American Heart Association es precisamente situarse como una de las referencias a la hora de evaluar la exposición tóxica de estos cigarrillos, sus riesgos individuales, y los efectos en la salud. También es necesario según ese estudio determinar el riesgo para los no fumadores (los "vapeadores pasivos", como ya se les llama), y, obviamente, tratar de confirmar si estos cigarrillos realmente ayudan a dejar de fumar o al menos reducen los riesgos para la salud en aquellos que los adoptan en lugar de los cigarrillos tradicionales.
Riesgos y Beneficios
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte a los consumidores que no considera que el cigarrillo electrónico sea un tratamiento legítimo para quienes estén tratando de dejar de fumar y que los distribuidores de cigarrillos electrónicos deben dejar de reivindicar efectos terapéuticos no demostrados o se digan reconocidas por este organismo, debido a la carencia de estudios rigurosos que demuestren la efectividad del cigarro electrónico como terapia de remplazo o sus niveles de toxicidad. Sin embargo, la OMS no descarta su utilidad si se realizan estudios clínicos y toxicológicos en el marco reglamentario adecuado.
Características
- Utiliza una pequeña batería con una resistencia para calentar una solucion liquida
- El vapor puede liberar nicotina o aromas
- Los diseños imitan a los cigarrillos o pipas
- Se implementa como terapia para empezar a dejar de fumar
- No molesta a las personas cercanas al fumador

